Caminas siguiendo el canto del agua saltando entre las rocas de un pequeño río de alta montaña, el aire es puro, los bosques frondosos, los prados con sus flores, … cada tramo es de postal y el siguiente quizá es todavía más bonito, y sabes muy bien que el pequeño río está lleno de esas truchas salvajes, veloces y combativas, que convertirán cada lance en una ilusión, que no dan tregua, pura energía, que atacan las moscas con una velocidad inesperada, que te obligan a estar siempre alerta, con los sentidos afinados y el pulso firme, , cada picada una sorpresa, cada captura una batalla.
En estos ríos, la pesca no se detiene. Cada poza, cada tabla, cada sombra bajo una rama esconde una o más truchas listas para desafiarte. No hay tiempo para aburrirse. Pescar aquí va más allá de la pesca, es sumergirte en la naturaleza salvaje, es conectar con la montaña, con el río, con uno mismo.
Ven a comprobarlo. Descubre la pesca de una trucha tras otra en estos pequeños pero mágicos y preciosos ríos de alta montaña.

Añadir comentario
Comentarios